Para mi, el proceso creativo fotográfico es como subirme en un bote en el río y dejar que la corriente me lleve a su antojo sin oponer resistencia. El destino, la foto final, aparece ante ti en el momento en que el viaje comienza a relentarse y ya no hay nada mas que hacer sino disfrutar del placer del camino recorrido; del trabajo realizado. En ese momento decido que la obra está terminada.
Caracas, 22 de abril de 2016. Ese día, en esa sesión fotográfica, Adriana Martinez me pidió hacer algunas tomas para alimentar su portafolio como maquilladora. Me presentó a Tahillyn, una modelo extraordinaria y estuvimos trabajando en equipo. Yo posicionando las luces, Adriana esmerándose en cada detalle y Tahillyn aportando su hermosa piel y su talento.
Cómo en ese momento la intensión de las fotos era destacar el maquillaje, decidí diseñar una iluminación homogénea. Coloqué una caja de luz centrada e inclinada 45° sobre la modelo, un anime reflector en contraposición a la luz y un contraluz sutil aportado por una sombrilla al lado izquierdo de la modelo para separar su figura del fondo negro.
Asturias 19 de Marzo de 2023. Han pasado 7 años. Es domingo y mi paseo esta vez no es a un acantilado para ver el mar. Hoy, el cuerpo me pide experimentar frente a mi computador. Practicar casi a diario es cuestión de disciplina profesional. En estos tiempos en que la tecnología avanza a millón, si no sigues aprendiendo, irremediablemente te quedas atrás y yo todavía tengo mucho que aportar como fotógrafa, así que luego de recordar las fotos que le había hecho a Tahillyn, me pongo manos a la obra.
Desde siempre tengo una loca atracción por la pintura. Soy fotógrafa porque entre otras, nunca he tenido talento para pintar. Pero la tecnología consigue brindarme maneras de combinar el amor por esas dos manifestaciones artísticas y fundirlas en una a mi libre albedrío.
Para este trabajo escogí dos pinturas, ambas descargadas libres de derecho de la página del Metropolitan Museum de Nueva York:
Still Life: Flowers and Fruit
Severin Roesen American 1850–55
Concert Champêtre
Jean-Baptiste Joseph Pater French ca. 1734
Los cuadros me aportaron el fondo y el detalle floral. Las opciones son infinitas pero basta fijarse en los detalles precisos que funcionen con la imagen que escogí. La selección de las flores fue compleja por lo intrincado de la figura pero nada que no pudiera resolver con Photoshop, paciencia, destreza y muchas horas de práctica.
En cuanto a la imagen original, la recorté del fondo para sustituirla por el cuadro. Luego me fijé en tres detalles fundamentales que debía corregir: la tonalidad de la piel. El brazo y el hombro estaban ligeramente mas oscuros que el cuello y la cara, quería esconder el recogido del pelo y en la esquina inferior se podía ver parte del top. Por lo demás su piel y el maquillaje era impecable.
Una vez colocados los elementos en posición, comencé a trabajar la luz, los colores, las texturas y otros parámetros hasta lograr la apariencia final que tenía en mente. Para ello, utilicé diferentes programas: Photoshop, Camera Raw, Luminar Neo y Color Efect Pro 5. Salté de uno a otro indistintamente. Cada uno tiene sus ventajas y desventajas, lo interesante es comprobar cómo han evolucionado las herramientas digitales a partir del desarrollo de la inteligencia artificial en beneficio del arte y la creatividad.
Si eres fotógrafo y quieres que profundice un poco mas en los aspectos técnicos de la foto, escríbeme con toda confianza.